Adoración de Gobierno
La adoración es personal, es profética e ineludiblemente también es de gobierno. La canción “Bravo” fue escrita como una canción de adoración personal y vertical a nuestro Padre celestial, sin embargo, el pre-coro es una declaración profética sobre la vida de uno: “De Tu justicia yo siempre cantare Y por siempre contare Tu historia". Al cantar estas palabras de alabanza estamos profetizando sobre nuestro futuro, que no dejaremos de adorar y tampoco dejaremos de evangelizar. Esto es personal y profético; sin embargo, también es una declaración de gobierno.
A veces pensamos en la adoración como un asunto privado entre Dios y su pueblo, con poca conexión con el mundo exterior. A lo largo de las Escrituras, la adoración tiene un profundo impacto público, político y misional. A medida que adoramos, definimos y recordamos quiénes somos en relación con el Dios al que servimos, y también quiénes no somos. La adoración tiene que ver con declarar lealtades. Como cantó de forma inolvidable Bob Dylan, "Vas a tener que servir a alguien".
"Pero en cuanto a mí y mi casa, serviremos al Señor" - Josué 24:15
A lo largo del libro de Apocalipsis, vemos cómo la visión del Apóstol Juan habla del señorío del Cordero y también del rechazo intencional de Babilonia y Roma. (Apocalipsis 13: 4, 8, 12, 15; 14: 9, 11; 16: 2; 19:20) Por lo tanto, la adoración no es solo una tradición creativa, o práctica expresiva; también es un acto político, de gobierno. En Apocalipsis 18 vemos que Babilonia es el lugar de anti-adoración, y sus canciones pronto serán silenciadas (Apocalipsis 18:22). Cuando declaramos cánticos de adoración, se envía un mensaje público y "político" a los que escuchan: ¡El Dios soberano todavía está en el trono y el "César" no!"
Nuestra adoración es política y misional más de lo que sabemos ya que cuando declaramos públicamente “Gloria al Señor”, nos conectamos con el Cielo y al mismo tiempo comunicamos que nuestra lealtad es al Reino de Dios.
La pregunta para ti hoy es, ¿que harás cuando te enfrentes con la oportunidad de adorar a un ídolo de este mundo?, ¿qué harás cuando de manera abierta o engañosa te inviten a distraerte y desviarte de tu lealtad al Rey de Reyes? La verdad es que tu puedes ser un ciudadano respetuoso de la ley de Colombia, Australia, México o cualquier otra nación, sin embargo, como hijo de Dios, ahora eres primero un ciudadano del Reino de los cielos. Recuerda, tu adoración es personal, profética y de gobierno. ¿A quién servirás, a quién adorarás? Deja que se escuche tu voz.